jueves, 14 de mayo de 2015

Comprensión del comportamiento humano.


Hola a todos. En este blog me gustaría compartir un libro que he escrito que se titula “comprensión del comportamiento humano”. Espero que os guste y os sirva de ayuda.



Introducción
Nosotros, los seres humanos, nos diferenciamos del resto de seres vivos por tener la capacidad de discernir entre lo verdadero y lo falso, lo bueno y lo malo, etc…, y sin embargo somos los únicos seres del planeta Tierra que no vivimos en equilibrio constante con nosotros mismos, ni con todo lo que nos rodea. Sin duda alguna es nuestra mente racional la que nos está jugando la mala pasada de hacernos la vida tan difícil. Un sin fin de hábitos adquiridos por nuestra mente analítica que nos guían por el camino más difícil imaginable, para que al final nos demos cuenta de que es precisamente nuestro cerebro el que nos ocasiona tanto sufrimiento a nosotros y, por ende, a las personas con las que nos relacionamos.
Dedicatoria
Escribo este libro con la esperanza de que las palabras aquí contenidas lleguen a todos los seres humanos que necesiten de su lectura.
Aunque por distintos caminos, sin duda alguna todos compartimos el mismo destino final. Es por ello que podríamos considerar que, ya que todos reímos y sufrimos de igual modo, a lo mejor no somos tan distintos; a lo mejor no somos menos que nadie, pero tampoco somos más que nadie; a lo mejor nos parecemos más de lo que pensamos; a lo mejor todos estamos aquí para vivir experiencias vitales, cada uno las que necesita para llegar a quien sabe donde. A lo mejor podríamos plantearnos que todos formamos parte del mismo reto que supone la vida.
1.- Influencias
Aunque nos gusta pensar que somos como somos, que a partir de cierta edad es ya muy difícil cambiar, en realidad no somos conscientes de que estamos cambiando continuamente. Y no solamente eso, si no que además los seres humanos somos seres cambiantes y adaptables por naturaleza. El problema radica en admitir precisamente que nuestra mente es maleable, tanto para bien como para mal, pudiendo así influir positiva o negativamente en nuestras actitudes y percepciones. Lo realmente difícil es llegar a un punto de inflexión en nuestras vidas que nos lleve a admitir que a diario consumimos ingentes cantidades de telebasura, escuchamos canciones que fomentan y magnifican apegos, criticamos como forma de relacionarnos, etc…
Está claro que cualquier medio de comunicación que entre en contacto con nuestras mentes, las alimenta a niveles insospechados, influyendo en nuestros pensamientos, sentimientos y emociones. En nuestras manos y en las de nadie más está el consentir y permitir que sigan introduciendo basura en nuestro hogar, en nuestras mentes. El precio por no hacer nada al respecto es muy elevado, la depresión es una enfermedad mental que afecta ya casi al 20 % de las personas que vivimos en países desarrollados, países en los que además fallecen más personas por suicidio que por accidentes de tráfico. Habría que recordar que la depresión no hace distinción alguna, afectando a ricos y pobres, jóvenes y ancianos, y hombres y mujeres. Resulta curioso que aun sabiendo lo anterior, los políticos inviertan grandes cantidades de dinero en campañas informativas y preventivas sobre los accidentes de tráfico, para evitar ese tipo de accidentes mortales, algo realmente loable, y sin embargo no inviertan un duro en campañas informativas y preventivas para intentar reducir el otro tipo de fallecimientos. Claro que para hacer algo así, primero deberían de admitir que el modelo de sociedad consumista en el que vivimos conduce inexorablemente al sufrimiento humano, porque se basa en crear el sentimiento de insatisfacción generalizada en la sociedad, para que consumiendo aliviemos esa sensación tan desagradable.
Thich Nhat Hanh dice en su libro silencio: “Nuestros sentidos son como ventanas que dan al mundo exterior. Muchas personas las dejan abiertas de par en par a todas horas, permitiendo que las imágenes y los sonidos del mundo les invadan y penetren, aumentando el sufrimiento de su triste y desasosegado ser”… “Las conversaciones también son un tipo de alimento sensorial. Supón que hablas con una persona llena de amargura, envidia o deseo. Durante la conversación absorbes su energía. A decir verdad, la mayoría de los alimentos sensoriales que consumimos nos hacen sentir peor en lugar de mejor.” (aunque por costumbre, nos da la sensación de que nos sentimos mejor, pero como ya he dicho con anterioridad, el precio a pagar, a largo plazo, es realmente elevado).
Mahatma Ghandi decía: “Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos, porque se convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino”.
Andy, en su libro comprensión y velocidad lectora, dice: “La lectura debe ser considerada hoy en día como un proceso interactivo de comunicación donde se establece una relación entre el texto y el lector, quien a través de su capacidad lectora; procesa, organiza, sintetiza, analiza y valora la información leída para interiorizarla como lenguaje personal construyendo su propio significado”.
2.- Genes y memes
Según algunos científicos, parte de nuestra personalidad la heredamos al nacer a través de los genes; mientras que otra parte estaría formada por los memes, que serían el equivalente sociocultural de los genes, y que supondrían la parte de nuestra personalidad adquirida a través de la imitación al relacionarnos con el resto de la sociedad.
Gustavo Estrada en su libro hacia el Buda desde el Occidente, dice: “Así como los atributos físicos se transmiten mediante los genes, las características culturales se traspasan a través de los memes, los equivalentes sociales de los genes”…”los memes se transfieren de padres a hijos, de tíos a sobrinos, de amigos a vecinos, o simplemente por cualquier medio de comunicación, sin necesidad alguna de parentesco genético”.
Todo esto podría llevarnos a preguntarnos: ¿quiénes somos realmente?, ¿somos un sucedáneo o subproducto de la información que hemos recibido desde que nacimos?, ¿somos todo lo bueno y lo malo que hay acumulado en nuestra mente?
Día tras día podemos reinventarnos. Si hay algo que no nos gusta de nuestra personalidad podemos dejar de regarlo y dejar que se seque, osea cerrar el grifo a esos pensamientos que nos conducen a ese hábito no deseado. Según Thich Nhat Hanh todos tenemos semillas buenas y malas en nuestro interior, para encontrar y mantener nuestra verdadera paz y felicidad hemos de dejar de regar nuestras semillas malas, y regar y alimentar nuestras semillas buenas. Por desgracia son muchos los hábitos negativos que la sociedad ha incrustado en nuestros cerebros a través de los memes, pero una vez tenemos claro por experiencia propia y ajena que la gran mayoría de costumbres y hábitos adquiridos conducen al sufrimiento, hemos de cambiar la dirección de nuestro camino para disfrutar de cierta paz y felicidad los años que nos queden por recorrer. Al igual que no resulta fácil adquirir hábitos para conseguir una salud física óptima, tampoco lo es adquirirlos para una salud mental óptima. Lo que está claro es que si no dedicamos el mejor de nuestros esfuerzos en regar nuestras semillas buenas, la sociedad aniquilará gran parte de lo que realmente somos, seres humanos capaces de obrar la mayor de las bondades sobre nosotros y el resto de seres vivos.
3.- Nublado
Nuestra mente es como el cielo, hay días en los que no vemos nada con claridad, porque tenemos tanto odio, ira, rencor, envidia, culpa, miedo, preocupaciones, etc… acumulado en nuestro subconsciente, que no vemos el sol que hay detrás de las nubes. Hay algunas personas para las que siempre es de noche, ya que por desgracia han llegado al límite de basura que podían acumular y acaban padeciendo algún tipo de enfermedad mental.
Incluso esas personas descritas con anterioridad, tienen la posibilidad de volver a ver el sol con claridad. Al igual que los alcohólicos y drogadictos han de tocar fondo para salir de sus adicciones, todos podemos volver a ver con claridad, volver a ver con los ojos de la bondad que reside en todos nosotros; pero para ello hemos de darnos cuenta que el verdadero problema reside en nuestra mente y no en los demás.
4.- Reprimir, suprimir y proyectar
¿Qué hacemos nosotros, los seres humanos, con nuestros sentimientos y emociones negativos?, ¿con esas sensaciones tan desagradables que experimentamos cuando vivimos situaciones que no deseamos vivir?. La respuesta la explica maravillosamente bien el Doctor en Psiquiatría David R. Hawkins en su libro dejar ir.
Las reprimimos de forma inconsciente, las suprimimos de forma consciente y/o las proyectamos sobre cualquier persona.
Llevamos toda la vida escondiendo en el sótano de nuestro subconsciente las emociones generadas por esas desagradables experiencias que nos ha tocado vivir, porque nunca nos enseñaron a tratar y lidiar con nuestras emociones. Es algo muy común en la sociedad consumista en la que vivimos, no tener ni idea de que hacer con nuestros sentimientos de culpa, miedo, ira, odio, rencor, envidia, frustración, etc…; y gracias a nuestra ignorancia las empresas de marqueting hacen el Agosto con nuestras mentes, las reprograman para hacernos creer que comprando tal o cual producto vamos a conseguir aliviar o eliminar esas sensaciones tan desagradables que arrastramos por no haber conseguido cumplir tal o cual deseo o “necesidad”.
Ahora que empiezo a ser consciente de algunas cosas, ahora que empiezo a comprender ciertas situaciones vividas, deseo hallar y mantener mi paz y felicidad interior el mayor tiempo posible, ofreciendo mi amor a todo aquel que desee recibirlo y dar al mundo lo mejor de mi. Se que no va a ser fácil, que he de cambiar muchos hábitos, pero ahora se que hay un camino correcto, ahora experimento a cada paso que doy cierta ligereza antes impensable.
5.- Cambiar
Una vez me dijo un amigo que las personas solo cambian a través del sufrimiento, la compresión y/o la imitación. En mi caso personal, y viendo en retrospectiva mi vida, yo diría que empecé a recuperar mi consciencia, cambiando así mi vida hacia un rumbo mucho más saludable tanto física como mentalmente, tras años y años de sufrimiento emocional. Después vino la comprensión y ahora sigo buscando a quien imitar. Aunque creo que llevo toda mi vida imitando, sin darme cuenta, a ciertas personas como a mi padre, madre, hermanos, profesores, amigos,… para intentar adaptarme a la sociedad en la que vivo.
Cuando mi subconsciente rebosaba oscuridad por los cuatro costados, tras toda una vida de reprimir y suprimir mis sentimientos y emociones negativas, me rendí y me entregué a la vida pidiéndole desesperadamente que me mostrara aunque solo fuera una pequeña luz entre tanta oscuridad. Lo hice una tarde de sol radiante, a través de una ventana; y en mi oscura mente vi un pequeño puntito de luz que me mostraba el inicio de un nuevo camino. Todo lo que hagamos para unir creará felicidad, y todo lo que hagamos para separar creará sufrimiento, la elección es siempre nuestra; el gran problema es nuestra inconsciencia que nos hace tomar decisiones erróneas.
Después de ese nuevo renacer, de encontrar ese nuevo camino, sigo teniendo muchos altibajos en los que mi ego sigue luchando por su supervivencia. Ahora no es que haya muerto mi ego, y nunca lo hará, aunque ahora veo con mayor claridad el sol, ya que la gran mayoría de nubes se han retirado. Algunas veces comparo mi mente con el motor de un coche, comento que antes es como si mi cerebro siempre fuese superrevolucionado, consumiendo gran cantidad de mis energías; y hoy por hoy va a ralentí. Esto último es lo que creo que me permite vivir en paz con la vida y con migo mismo.
Toda mi vida he odiado la lectura, veía un libro y me daba repelús. Pero hace dos años, cuando toqué fondo; cuando me convertí finalmente en todo lo que no quería convertirme, cuando vi la parte más oscura de mi conciencia; fue cuando, como he dicho con anterioridad, se me mostró ese nuevo camino. Un camino de paz y comprensión. Desde aquel día, han venido a mí distintos libros. Los dos primeros me los prestó un amigo y tardé seis meses en empezar su lectura. Fueron las siete leyes espirituales del éxito de Deepack Chopra y otro de Thich Nhat Hanh. Después de esos dos me he comprado, descargado y leído una cantidad considerable de libros. Todas esas lecturas me han ayudado a comprender muchos comportamientos propios y ajenos, y me han permitido alcanzar un nivel de comprensión con el que he conseguido liberarme de gran parte de esa basura emocional y percepciones erróneas que tenía acumuladas en mi interior. Se que me queda un largo camino que recorrer, pero ahora por lo menos se que camino por el sendero correcto.
Me gustaría añadir que, por aquella época de hace dos años, y al mismo tiempo que mi amigo me prestara esos dos libros, mi hija tarareaba un estribillo sin cesar: “leer, leer y leer, lo más bonito e importante es”; se lo había enseñado su profesora. Ahora me doy cuenta de que no cesó su tarareo hasta que la lectura se introdujo en mi vida. A parte de esa causalidad han ocurrido otras. Es como si cuando decides dejar atrás el camino de la inconsciencia, el universo se aliara para ayudarte a conseguirlo. Todo esto me ha mostrado que el principal secreto para ser feliz es aprender a ser agradecido por todas la pequeñas cosas de las que disfrutamos a diario, que al fin y al cabo son las más grandes: un abrazo, una mirada tierna, dar o recibir un te quiero, una ducha, el momento de comer, el momento de acostarse y levantase, cuando paseo hacia el trabajo y de vuelta a casa respirando de forma consciente, etc…
6.- Comprensión
Se le da mucha importancia al conocimiento y a la sabiduría, pero ¿qué hay de la comprensión?.
Allan Percy, en su libro Einstein para despistados, explica que una vez le preguntaron a Osho cuál era la diferencia entre conocimiento, sabiduría y comprensión, y respondió:
«La diferencia es cualitativa: el conocimiento es una creencia de la experiencia del otro. Mientras que todo conocimiento es prestado, la sabiduría es la acumulación de las experiencias propias. La comprensión no es acumulativa, porque estamos cambiando a cada momento; no acumula experiencias, ni propias ni ajenas, sino que provoca el crecimiento en el individuo. Mientras la sabiduría ha acumulado el polvo de los siglos y el conocimiento se mueve en el pasado, la comprensión es siempre fresca.
El conocimiento puede ser eliminado al igual que la sabiduría. Pueden ser eliminados de tu cerebro, eliminados completamente de tu mente. Pero la comprensión nunca puede ser eliminada de tu cerebro; no es parte de él, no es acumulativa. Todo lo acumulativo es acumulado en el cerebro, pero la comprensión forma parte de tu ser; no puede ser eliminada. A Buda no puedes hacerle un lavado de cerebro; en realidad, él mismo se lo ha hecho ya, él mismo se ha limpiado. Él no acumula; vive momento a momento. Viviendo, su ser crece. Si viviendo tu conocimiento aumenta, es sabiduría; si viviendo tu ser crece, es comprensión; y si sin vivir sigues acumulando, es conocimiento».
De este modo, Osho afirma que el verdadero florecimiento del ser es la comprensión, ya que es un «espejo que no acumula nada, un espejo que vive siempre en el presente inmediato: refleja todo lo que surge ante él».
«Las personas mayores pueden ser sabias; los jóvenes pueden ser eruditos; pero solo los niños pueden comprender. Ese es el significado del dicho de Jesús: “Solo aquellos que sean como niños podrán entrar en mi reino”. Cuando seas como un niño, fresco, sin cargar con ningún pasado, sin cargar con respuestas prefijadas, sin cargar con respuesta alguna[…], tan solo un profundo vacío, entonces algo resonará en ti».
Según mi punto de vista, el conocimiento y las experiencias vitales dan lugar a la sabiduría, y es gracias a la sabiduría que uno se da cuenta que ha de dejar de juzgar y etiquetarlo todo para conseguir dejar espacio en nuestra conciencia a la comprensión. Solo cuando nos comprendamos a nosotros mismos, comprenderemos a los demás.
No podemos ofrecer aquello que no tenemos. Es por ello que una vez que nos damos cuenta de que todos los programas o hábitos insertados en nuestro ordenador central conducen de forma inexorable hacia el sufrimiento, hemos de realizar el mejor de nuestros esfuerzos para cambiar esos hábitos por otros que nos conduzcan hacia la felicidad. Por desgracia estos cambios no suelen ser de un día para otro, son cambios que se van asentando poco a poco en nuestro interior, consiguiendo cambiar nuestra forma de percibir la vida, vislumbrando que todo es como tiene que ser, que todos los seres humanos lo hacemos siempre lo mejor que sabemos con la información y experiencias de las que disponemos.
7.- Perdonar
Perdonar es necesario para dejar paso a la comprensión de que no hace falta perdonar.
Hay muchas personas que buscan continuamente actividades que hacer, personas con las que hablar, lugares a donde ir, programas televisivos que ver para luego poder comentar, canciones o programas radiofónicos que escuchar, etc…; osea, intentan rodearse de incesante ruido par evitar encontrarse a si mismos y hacer frente a toda su basura emocional acumulada en vida. Lo descrito anteriormente es muy común en las personas que vivimos en “países desarrollados”, pero más tarde o más temprano, todos tenemos nuestros golpes de realidad. La vida nos muestra con extremada crudeza que tenemos muchos deberes pendientes con nosotros mismos. Aun así continuamos con nuestra actitud de no querer buscar en nuestro interior las respuestas correctas que todos poseemos, porque los hábitos negativos adquiridos son realmente difíciles de cambiar ya que gratifican nuestro ego de distintas formas.
Pero llega el día en el que nos rendimos a la vida, en el que nos damos cuenta de que más tarde o más temprano vamos a morir. Y caemos en la cuenta de que nada ni nadie de lo que tanto tiempo, esfuerzo y dedicación nos ha costado “conseguir” nos acompañará en ese viaje incierto. Entonces empiezan a derrumbarse muchas de las creencias y nuestra mente empieza a hacerse preguntas. Por fin empezamos a rebuscar en nuestro interior, y nos damos cuenta que acumulamos gran cantidad de culpa, miedo, frustración, etc…
Recordando ciertos eventos vitales que nos dejaron marcados, podemos comprender que tanto nosotros como nuestros padres, pareja, amigos, compañeros y personas, lo hicimos e hicieron lo mejor que pudimos y sabíamos. Comprendemos que el sentimiento de culpa solo sirve para generar enfermedades psicosomáticas y de todo tipo; que no es sano para nosotros ni para nuestro entorno. Llegados a ese punto deseamos perdonarnos y perdonar a todos para conseguir liberarnos de esos sentimientos negativos. Deseamos aligerar nuestra mochila lo más posible dejando ir todo lo negativo que nos acucia, para hallar una paz y felicidad duraderas.
Igualmente deseamos liberarnos de los miedos provocados por la incertidumbre del futuro.
Por fin comprendemos que todo es impermanente e inseguro, que el pasado y el futuro son parte de nuestra mente egótica, y no de la vida real que solo está aquí y ahora, en cada inspiración, en cada espiración.
Hemos aprendido a perdonar para comprender que ya no nos hace falta perdonar.
8.- Relaciones
Relación es amor, amor es relación.
Venimos al mundo y empezamos a relacionarnos al nivel más íntimo con nuestros padres. Ellos nos proveen de todo el amor y seguridad que necesitamos para desarrollarnos con cierta estabilidad emocional. Luego vamos creciendo y nos relacionamos con otros familiares, hermanos, amigos, profesores, parejas, compañeros de trabajo, etc …
Según Wayne Dyer, la inconsciencia del ser humano, como norma general, dura desde los 7 u 8 años hasta los cuarenta y pocos. Durante todos esos años nuestro ego campa a sus anchas, ya que la sociedad en la que nos desarrollamos lo potencia al máximo exponente. “Gracias” a nuestros egos conseguimos cierta estabilidad económica y todo aquello que nos dijeron que hacía falta para conseguir ser felices. Pero llegado cierto punto en nuestra vida nos preguntamos: “muy bien, ya tengo todo lo que se supone que hace falta para ser feliz; entonces ¿por qué cojones no soy feliz?”
Voy a contar un cuento muy bonito que habla sobre la búsqueda de la felicidad.
¿Dónde está la felicidad?
Al principio de los tiempos se reunieron varios demonios para hacer una travesura.Uno propuso:
-Tendríamos que robar algo a los hombres. El problema es: ¿qué les robamos?.
Tras pensarlo mucho, uno dijo:
-¡Ya lo sé! Les robaremos la felicidad. Pero el problema está en dónde esconderla para que no la puedan recuperar….
Uno opinó:
– Podríamos esconderla en la cumbre de la montaña más alta.
Pero inmediatamente, otro replicó:
– No, recuerda que tienen fuerza. Alguna vez alguien puede subir y encontrarla. Si uno la encuentra, enseguida todos sabrán dónde está….
Inmediatamente otro propuso:
– Vamos a esconderla en el fondo del mar….
Pero acto seguido le replicaron:
– No, recuerda que son curiosos. Alguna vez alguien llegará a construir un aparato para poder bajar y la podrá encontrar….
Y todavía otro dijo.
– Escondámosla en un planeta bien alejado de la Tierra.
Y le respondieron todos:
– No, recuerda que son inteligentes, y cualquier día habrá alguien que construirá una nave que pueda viajar y descubrirla. Y entonces, todos tendrán la felicidad…
El último de ellos era un demonio que hasta aquel momento había estado callado escuchando atentamente cada una de las propuestas de los otros. Tras hacer un análisis de cada una, propuso:
– Creo saber dónde ponerla para que realmente nadie nunca la encuentre.
Los demás, sorprendidos, le dijeron a coro:
– ¿Dónde?.
El demonio respondió:
– La esconderemos dentro de ellos mismos. Estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán.
Todos reconocieron que tenía razón y estuvieron de acuerdo. Y, desde entonces, ha sido así: el hombre se pasa la vida buscando la felicidad por todas partes sin darse cuenta que la lleva escondida dentro de sí mismo.
Siempre me ha gustado decir que con quien primero hemos de convivir es con nuestra conciencia.
En cualquier tipo de relación, y en especial en la relación de pareja, recomiendo que cada uno procese su basura emocional, y cuando se encuentre lo suficientemente fuerte ayude también al resto a liberar de peso las mochilas de los demás.
Nunca olvidemos que para poder ofrecer lo mejor de nosotros mismos, primero hemos de aprender a amarnos y a ser compasivos con nosotros mismos.
9.- Refugio
Busca en tu interior, ahí encontrarás el mejor refugio que existe, tu mejor amigo, una fuente inagotable de bondad y amor, disponible para ti y para todas las personas con las que decidas compartirlo.
10.- Elección
En el minuto 33 del episodio 21 de la 5ª temporada de la serie Stargate SG-1, Oma Desala le dice a Daniel Jackson: “en realidad solo hay una cosa que podemos controlar, elegir ser buenos o malos”. También en la misma saga, Tilc dice: “extrae de tu pasado, pero no permitas que el pasado extraiga de ti” (SGA 4×03 – 6’55”).
Es curioso ver como ahora percibo sutilezas que antes se me escapaban. Algo parecido llevaba percibiendo desde hace algunos meses; tenía claro que el control no es más que otra mera ilusión creada por nuestra mente, y que lo más sano es rendirnos a la vida, como dice Eckhar Tolle. La negación de lo que estamos viviendo en cada momento genera sufrimiento, mientras que la aceptación nos libera.
El otro día le decía a un compañero: “lo único que podemos elegir es ofrecer lo mejor de nosotros mismos o lo peor de nosotros mismos”. Está claro que mientras persiste nuestra inconsciencia, parece que solo en pocas ocasiones elegimos nuestra luz; pero en realidad es nuestra oscuridad y la de los demás la que nos guian hacia un amanecer más duradero. La vida nos está brindando oportunidades continuamente para elegir hacer lo correcto o no, de ahí el libre albedrío del ser humano.
Carl Gustav Jung, famoso psiquiatra Suizo, decía:
– No podemos vivir el atardecer de la vida con el mismo programa que la mañana, pues lo que en la mañana era mucho, en el atardecer será poco, y lo que en la mañana era verdadero, en la tarde será falso.
– La emoción es la principal fuente de los procesos conscientes. No puede haber transformación de la oscuridad en luz ni de la apatía en movimiento sin emoción.
– Todo lo que nos irrita de otros nos lleva a un entendimiento de nosotros mismos.
– Aquellos que no aprenden nada de los hechos desagradables de sus vidas, fuerzan a la conciencia cósmica a que los reproduzca tantas veces como sea necesario para aprender lo que enseña el drama de lo sucedido. Lo que niegas te somete; lo que aceptas te transforma.
11.- Dolor y sufrimiento
El otro día leía que el dolor es inevitable, mientras que el sufrimiento si se puede evitar. El razonamiento que daban era que el dolor, ya sea físico o emocional, forma parte de la vida de todo ser humano, al hacerse una herida, al perder un ser querido, …; mientras que el sufrimiento forma parte de nuestras mentes, al coger un pensamiento cualquiera y magnificarlo y amplificarlo, dándole vueltas y más vueltas al mismo pensamiento sin control alguno sobre la mente. El sufrimiento puede acabar degenerando en un secuestro emocional o incluso en una enfermedad mental; por eso es tan importante aprender a controlar la mente y no que sea esta quien nos controle a nosotros (a mí me va muy bien practicar la respiración consciente; otras personas practican Yoga, meditación, Tai Chi,…).
12.- Hacemos lo que podemos lo mejor que sabemos
Buda decía: “el conflicto no es entre el bien y el mal, sino entre el conocimiento y la ignorancia”. La verdad es lo que cada uno cree, tras años de conocimiento y experiencias vividas y fraguadas en nuestra mente. Hay verdades que conducen hacia la paz mental y otras no, pero está claro que el conocimiento y las experiencias nos ayudan a abandonar la ignorancia. Incluso en el peor de los actos, deberíamos comprender que siempre lo hacemos lo mejor que sabemos con la información y experiencias de que disponemos. Eckhart Tolle dice en su precioso libro El Silencio Habla: “Si su pasado fuera tu pasado, si su dolor fuera tu dolor, si su nivel de conciencia fuera tu nivel de conciencia, pensarías y actuarías exactamente como él o ella. Esta comprensión trae consigo perdón, compasión y paz”.
“Somos por lo que fuimos y seremos por lo que somos”.
13.- Realidad exterior y realidad interior
La barrera que separa ambas realidades es más fina de lo que creemos. Si centramos nuestra atención, osea nuestros pensamientos, de forma reiterada y continuada durante mucho tiempo sobre algo concreto, nos conducirá inexorablemente a decir o hacer algo sobre lo que hemos estado pensando, influyendo en nuestra realidad exterior. Por ejemplo, imaginemos que durante muchos años decidimos centrar nuestra atención y energías en prepararnos una oposición, lo más probable es que si nuestra atención no acaba centrándose en otros objetivos lo acabemos consiguiendo. Esa realidad que al principio existía solo en nuestra mente, acaba materializándose. Esa realidad interior acaba convirtiéndose en nuestra realidad exterior. Lo mismo ocurre con muchos de los sucesos agradables y desagradables que experimentamos en la vida; el problema es que no somos conscientes de que estamos recogiendo, momento a momento, los frutos de muchas de las semillas que hemos sembrado y regado de forma reiterada en nuestra mente subconsciente tiempo atrás.
Imaginemos de nuevo que tras varios años de convivir con nuestra pareja sentimental, un día sentimos una sensación de vacío en nuestro interior. Dicha sensación es común a todos los seres humanos y todos la experimentamos con mayor o menor frecuencia e intensidad, debido a todos los traumas emocionales sufridos y reprimidos desde la infancia en nuestro subconsciente. El caso es que ese día nos da por pensar que esa sensación de vació es por culpa de nuestra pareja: porque ya no nos quiere lo suficiente, o porque nosotros ya no estamos enamorados, o porque …. Sea como fuere encadenamos durante varios meses, e incluso años, ese tipo de pensamientos de forma reiterada, creando nuestra propia realidad interior. Muy probablemente, con el paso del tiempo dicha relación acabará en ruptura, ya sea por parte de una u otra parte; convirtiéndose nuestra realidad interior en nuestra realidad exterior.
Albert Einstein decía que somos los arquitectos de nuestro destino. Y Mahatma Gandhi decía: “Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en … tu destino.” El problema es que en gran parte creamos nuestro destino inconscientemente reaccionando desde nuestra mente subconsciente. Osea que, sin ser conscientes de ello, cuando vivimos una experiencia negativa en la realidad exterior, en muchas ocasiones añadimos sufrimiento al sufrimiento, con ayuda de nuestros pensamientos negativos y reactivos. Nuestra realidad interior (pensamientos y emociones), influye a niveles insospechados en nuestra percepción de la realidad exterior.
14.- Negar o aceptar
Carl Gustav Jung decía: “lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma”. Mi experiencia me ha llevado a comprender que la transformación a la que te conduce la aceptación siempre es liberadora, ya que nos libera del sufrimiento que nos produce a nivel mental la propia negación en si misma (el encadenamiento de pensamientos negativos); es por ello que me gusta decir: “lo que niegas te somete, lo que aceptas te libera”. Hemos de aprender a vivir desde la aceptación total de lo que nos toca vivir en cada momento, sea agradable o desagradable. Si queremos cambiar algo en nuestra vida hemos de aprender a hacerlo siempre desde la aceptación y no desde la negación; lo que es es lo que es, lo que hay es lo que hay, y negarlo con pensamientos negativos solo genera sufrimiento y resistencia, dificultando seguir nuestro camino de forma fluida, disfrutando y agradeciendo lo que si tenemos (salud, familia, trabajo, amigos, etc …).
15.- No existen los milagros o todo es un milagro
Albert Einstein decía: “Hay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen los milagros, la otra es creer que todo es un milagro”.
Sin darnos cuenta, la vida pasa delante de nuestros ojos y nos perdemos todo aquello que nos rodea: familia, compañeros, naturaleza. La mayor parte del tiempo somos prisioneros de nuestra propia mente, de nuestros propios pensamientos. Cuando conseguimos ralentizar nuestra mente, con ayuda de la respiración consciente, es cuando empezamos a percibir la belleza de toda la vida que nos rodea; solo entonces podremos percibir que todo está unido de una forma incomprensible e ininteligible para la mete humana.
16.- No hay que preocuparse, hay que ocuparse
A Ramiro Calle le encanta decir: no hay que preocuparse, hay que ocuparse. Y con toda la razón del mundo, ya que la preocupación solo es posible a nivel mental. Es como si intentáramos resolver un problema real o imaginario, que sucederá o no en el futuro, con nuestros pensamientos. Aunque a nuestra mente le encanta predecir las distintas posibilidades, haciéndonos creer que así tenemos control sobre lo que nos sucederá y como procederemos ante esos posibles sucesos, lo cierto es que esas preocupaciones no hacen más que robarnos una cantidad inimaginable de energía. Lo más sano para nuestro cuerpo y mente es dejar que la vida fluya a su ritmo, y nos ocupemos de los problemas cuando llegue el momento real en el que podamos ocuparnos de los mismos, dando y ofreciendo lo mejor de nosotros. En Mateo 6,34 se recoge: “No os inquietéis por el día de mañana, que el mañana traerá su inquietud. A cada día le basta su afán”.
17.- Fronteras
En su libro la conciencia sin fronteras, Ken Wilber dice: “cuanto más firmes son nuestras fronteras, más encarnizadas son nuestras batallas”. Es así de fácil, cuanto más nos creemos lo que somos y no somos, cuanto más alimentamos nuestros pensamientos egocéntricos, más separados nos sentimos del resto de seres vivos y más sufrimiento generamos. El ego del ser humano no es más que la construcción mental de lo creemos ser y no ser, y cuando alguien o algo contradice esa creencia de lo que somos y no somos, aparece el sufrimiento. Cuando somos conscientes de lo anterior y conseguimos rendir progresivamente nuestro ego, nuestro sufrimiento se va desvaneciendo. En su libro el silencio habla, Eckhart Tolle dice: “el sufrimiento es necesario hasta que te das cuenta de que es innecesario”.
18.- Víctima o vencedor
Aristóteles dijo: “somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras”. Una vez pronunciamos nuestros pensamientos ante alguien, nuestra mente se ve obligada a defender nuestra postura, porque nuestro ego no entiende de derrotas y si de victorias. Nos cuesta horrores comprender que lo que acaba de salir por nuestra boca no es más que un punto de vista; si, es el nuestro, pero no deja de ser otro de tantos puntos de vista. Será más o menos acertado, más o menos aceptado por la mayoría, pero no deja de ser más que una opinión.
La mente humana conmuta entre los dos opuestos continuamente: víctima o vencedor. No sabemos encontrar el punto de unión y equilibrio que existe entre ambos. Ese punto que calma y apacigua nuestra mente, ese lugar que nos conduce a la más profunda comprensión que un ser humano puede alcanzar.
19.- Pensamiento repetitivo
Al igual que el corazón, el cerebro humano también está diseñado para funcionar de forma constante, ya que si alguno de esos dos órganos se detiene implica nuestra muerte. Una vez comprendemos lo anterior, nos resulta más fácil observar nuestros pensamientos repetitivos, de donde provienen y hacia donde nos dirigen. Comprender que los pensamientos no son más que pensamientos, y que como tales hay que darles la importancia justa e imprescindible, es necesario para poder controlar nuestra mente y no que sea esta la que nos controle a nosotros. A mí me gusta pensar que los pensamientos son como nubes, si los observamos veremos que igual que vienen se van. De nosotros depende que un pensamiento negativo o destructivo, se que quede retenido en nuestra mente durante cierto tiempo, repitiéndose una y otra vez de distintas formas, consumiendo nuestras energías y dando lugar a tormentas internas que pueden llegar a ser catastróficas tanto en nuestra realidad interna como externa.
20.- Deseo y aversión
Lecturas recomendadas
Como dice Thich Nhat Hanh, tenemos que regar nuestras semillas buenas. Yo, personalmente, lo hago aplicando la respiración consciente en mi vida siempre que puedo y me acuerdo, o cuando percibo que mi mente empieza a divagar en exceso. Es un hábito que todos tendríamos que intentar instaurar en nuestras vidas, ya que consigue relajarnos y estar más concentrados en lo que estamos haciendo o nos están diciendo; por lo que conseguimos desarrollar nuestra capacidad de vivir en el aquí y ahora, y escuchar a los demás con nuestra mente y corazón más abiertos.
También me encanta leer libros de esos que te ponen la piel de gallina, de esos que llegan a nuestro corazón y nos aportan lo mejor que es capaz de ofrecer el ser humano.
De antemano me gustaría advertir que en muchos de esos libros los autores utilizan la palabra Dios, algo que en muchos lectores provoca rechazo debido a los prejuicios tras años y años de manipulación por parte de la iglesia. El único consejo que os puedo dar es que abráis vuestra mente y corazón a este maravilloso viaje que es la introspección; con el tiempo no os afectará lo más mínimo ver esa palabra escrita en ningún libro. Lo acabareis viendo como una forma, tan digna como cualquier otra, de expresar el amor incondicional, vida, universo, energía vital, etc…
La relación de libros que a continuación adjunto, no es más que una selección de los que he leído y que considero las mejores lecturas que pueden ayudarnos a todos a alcanzar una mayor y más profunda comprensión sobre el comportamiento humano, algo imprescindible para hallar y disfrutar de nuestra paz y felicidad interior. Obviamente me quedan muchos libros por leer, y seguramente dentro de unos años, esta lista sería mucho más grande. Es por ello que esta lista debe ser considerada solo a efectos orientativos, ya que es el libro el que escoge al lector y no al revés. Esto último lo entenderéis cuando empecéis el viaje hacia la recuperación de vuestra consciencia.
1.- Eckhart Tolle – El Poder del ahora.
2.- Eckhart Tolle – Un nuevo mundo, ahora.
3.- Eckhart Tolle – El silencio habla.
4.- Ramiro Calle – Terapia emocional.
5.- Ramiro Calle – Terapia espiritual.
6.- Ramiro Calle – Terapia afectiva.
7.- Yoshinori Noguchi – La Ley del espejo.
8.- Clemente Franco Justo – Relajación física y serenidad mental.
9.- Thich Nhat Hanh – Cualquiera de sus libros es una joya.
10.- Michael Brown – El proceso de la presencia.
11.- Michael Brown – La alquimia del corazón.
12.- Hermann Hesse – Siddhartha.
13.- Anita Moorjani – Morir para ser yo.
14.- Khalil Gibran – El Profeta.
15.- Miguel Ruiz – Los cuatro acuerdos.
16.- Miguel Ruiz – La maestría del amor.
17.- Paul Ferrini – Amor sin condiciones; y cualquiera de sus otros libros.
18.- Piero Ferrucci – El poder de la bondad.
19.- Ramiro Calle – Amor es relacion.
20.- Ramiro Calle – El arte de la pareja, saber asir saber soltar.
21.- Jeff Foster – La más profunda aceptación.
22.- Covadonga Pérez-Lozana – Aprendiendo a amar: cuando tú cambias, todo cambia.
23.- David R. Hawkins – Dejar ir, el camino a la liberación.
24.- Daniel Goleman – Inteligencia emocional.
Videos recomendados en YouTube: (copiar y pegar la frase e introducirla en el buscador de YouTube, el primer resultado es el vídeo correcto):
Viva la vida|Coldplay|interpreta-David Garret
Wayne Dyer – El Cambio (Español) Calidad DVD
Eckhart Tolle – Relaciones adictivas & Relaciones iluminadas
Qué es la sombra según Jun por Noelia Bonifacio
Ramiro Calle – Cualquiera de sus entrevistas
Covadonga Pérez-Lozana – Fluir, como dejar de sufrir
Película Nuestro Hogar completa Cine Espiritual
España, a 28 de septiembre de 2.017
Saludos y un abrazo de vuestro amigo y compañero de viaje Dharma.